Historia de la radiología en el Ecuador

 

Prólogo escrito por Dr. Rodrigo Fierro Benítez 

  • Escrito por Dr. Rodrigo Fierro Benítez

    Un ensayo que está por escribirse tratará sobre la evolución del pensamiento médico ecuatoriano, desde cuando el señor doctor Eugenio Espejo se constituye en el precursor de la medicina científica nacional hasta nuestros días.

    Se trata de un proceso que se compadece plenamente con los signos que fueron configurando nuestra identidad, desde el momento en que fuimos de la unión del Neolítico o la Edad de Bronce con el Renacimiento español. Aquella unión, aquel encuentro, nos supuso iniciar el camino seguido por otros pueblos cuatro mil quinientos años antes: desde cuando el hombre inventó la escritura, los hechos fueron registrados con fidelidad y así se inició la etapa propiamente histórica de la humanidad.

    Dominar la escritura, saber leer y escribir, fue un desafío de vida o muerte para las sociedades americanas que pretendían incluirse en aquella etapa. Sumamos a los pueblos civilizados y cultos de la tierra nos significó perder el sueño. Es así como nuestros nobles desvelos siempre han sido aproximamos y que fueran también nuestras las modernidades que iban sucediéndose.

    A tiempo que se daban tales empeños, infatigables, fuimos sintiendo sobre nuestros hombros y conciencias las pesadumbres resultantes de unas sociedades en las que coexistían los vencedores y los vencidos, los herederos de los conquistadores y de los conquistados, con las mil gamas que fueron dándose ante el surgimiento de un mestizaje arrollador e imparable.

    El pensamiento médico ecuatoriano fue sensible y respondió a tales pesadumbres y a tales desvelos. Lo social nos ha llegado muy hondo y los mejores escritos médicos nacionales llevan ese signo.

    En cuanto a nuestra tesón por ejercer las medicinas que definían las modernidades que iban dándose, y se sustentaban en descubrimientos científicos y adelantos tecnológicos, los médicos de nuestro país han dado buenas muestras de una voluntad inquebrantable, a prueba de soledades, en el contexto de un entorno en el que la civilización y la barbarie luchaban ferozmente por imponerse.

    En esta historia que sumariamente estamos ensayando, les cabe a los radiólogos ecuatorianos un lugar destacado. En efecto, apenas ocho años más tarde de que los Rayos "X" fueran descubiertos y se iniciara su aplicación sistemática en la Medicina, llegaba al país el primer equipo de tan sorprendente alcance tecnológico, y se realizaban las primeras radiografías.

    A partir de aquel comienzo, 1901, han sido los radiólogos nacionales los que más han contribuido a nuestros adelantos tecnológicos. En línea de continuidad sorprendente los estudios de imagen en nuestro medio nos han situado con propiedad en todos los grandes momentos de los espectaculares logros tecnológicos con este campo de la Medicina.

    Bien pudo haber sido el Estado, en sus instituciones de servicio público, el protagonista de tales adelantos. En nuestro país, y en las tres últimas décadas, han sido sus médicos, sus radiólogos, en el espacio privado en el que las circunstancias les ubicó, los artífices de un modelo de desarrollo.

  • Esta historia, comenzó a escribirse a los pocos años del descubrimiento. Los primeros aparatos que vinieron a nuestro país, entre 1902 y 1920 fueron más bien una curiosidad científica antes que un instrumento de mayor aplicación tanto el diagnóstico como en el tratamiento. La Radiología se convierte en verdadera y respetable profesión años después por la abnegada gestión de jóvenes médicos, que aceptaron probar suerte en los incipientes Servicios de Rayos X de los Hospitales Asistenciales Públicos. Allí, en los lugares más inservibles y desorganizados, con equipos sin ninguna protección, realizaban por largas horas, los famosos estudios fluoroscopios, ya sea para detectar procesos tuberculosos incipientes, o úlceras o cánceres gástricos, muchos de ellos invisibles para este rudimentario y peligroso procedimiento. Para muchos la vida se deslizó sin mayor aliciente. Pero fueron ellos los que implantaron las raíces de esta nueva especialidad. Nosotros rendimos un cálido homenaje a estos pioneros que se sacrificaron cumpliendo su misión. Para otros, con la adquisición de equipos de más avanzada tecnología y protección, como los de Lea, en el Seguro Social, el ejercicio profesional fue más prometedor…- la humanidad avanza no solo gracias a los potentes empujones de los grandes hombres sino también a los modestos impulsos de cada hombre que realmente ama su carrera, y esta dispuesto a entregar todos sus recursos para engrandecerla. Hubo también los comprometidos consigo mismos, que tomaron la riesgosa decisión de innovar y cambiar, yéndose contra mitos y perjuicios.

    Unos y otros, han contribuido decididamente para que esta especialidad que nació en las penumbras se haya convertido en nuestro país, en una de las más vigorosas y respetables.Nuestra fuerza intangible, pero real e inamovible, ha sido sin duda, la sólida unión entre los radiólogos por medio de las Sociedades y con la organización de sus congresos; y, por cierto el invalorable apoyo de Colegas de todas especialidades que nos impulsaron a seguir adelante.De estos colegas, amigos fraternos, nos ha quedado inolvidables recuerdos y gratitud. Su calidad humana y científica quedará escrita en nuestra historia como ejemplo para las generaciones venideras.De entre las responsabilidades que nos ha brindado la vida de Médicos, una de las más importantes es la de implantar las sólidas bases para la adecuada formación de las nuevas generaciones. Por eso hemos tomado como un imperativo moral brindar nuestro irrestricto apoyo a la juventud responsable y dispuesta a luchar para seguir adelante por los caminos de superación de esta fascinante carrera médica.Y nuestra evocación estaría notoriamente incompleta si no expresáramos a viva voz nuestra permanente gratitud para los que nos honraron con su confianza al solicitar nuestros servicios profesionales, y que por su ayuda para abrimos paso... A nuestros compañeros de trabajo, los Tecnólogos y Secretarias. A los Representantes de Casas Comerciales que han hecho su método de vida junto a nosotros, nuestro reconocimiento.Seguirá ascendiendo en el horizonte de las Ciencias Médicas lo que hoy se denomina la IMAGENOLOGIA. Seguirá creciendo en todos los ámbitos mientras haya quienes estén dispuestos a luchar por ella, brindando el servicio profesional de la más alta calidad. Para algunos de los actores que están ya en el atardecer de sus vidas, seguirá siendo una rutilante estrella a la cual la hemos tenido siempre como nuestra guía. Con la íntima satisfacción de haber contribuido para que el mundo sea un poco mejor del que lo encontramos.

    Después de una preparación y entrenamiento adecuados, adquirieron sus propios equipos para brindar un mejor servicio y mantenerse actualizados de acuerdo al desarrollo tecnológico, a pesar de los grandes sinsabores y sacrificios económicos.

  • Tanto este equipo de rayos X como los de fisioterapia son manejados por el Dr. Andrade del que se dice era genial en el ramo de la electricidad.

    Desde 1908 operaba otro equipo de Rayos X en el Hospital Mann el cual era manejado por el profesor Dr. Juan Federico Heinert Caamones brillante clínico y ana tomo patólogo de la localidad.

    Desde 1920 con la llegada de París del señor Doctor Luis Romo Rosales Guayaquil contó con los mejores equipos, actualizados para la época. Este facultativo a más de equipos de rayos X instala en su clínica particular actualizados equipos de fisioterapia. Se convierte así en el pionero de la radiología diagnóstica, porque aparte del cultivo de la cirugía era un hábil operador radiólogo.

    Desde 1928 el señor Doctor Juan Verdesoto Beltrán hacía prodigios en radiología con un equipo de bajo rendimiento. Sus trabajos y aciertos diagnósticos admiraban el cuerpo médico porque aparte de ser radiólogo era un clínico sagaz que enfocaba muy bien el diagnóstico clínico radiológico. Desempeñó también el cargo de Jefe de Radiología de la maternidad de Guayaquil y de profesor de Física Médica de la Universidad de Guayaquil. Como las necesidades de radiodiagnóstico en Guayaquil se intensificaban los doctores Julio Mata Martínez y Jorge Illingworth Icaza importan equipos General Electric de ánodo fijo con los cuales empiezan a trabajar desde 1938. Entre estos dos radiólogos se dividen la clientela que necesita de esta especialidad y laboraron incansablemente, especialmente el Dr. Mata Martínez.

    Ambos Radiólogos muy acertados hacen progresar el radiodiagnóstico en Guayaquil.

    En 1929 el Hospital General de Guayaquil hoy llamado Luis Vernaza contaba con equipos Alemanes marca Sanitas. Los instaló el ingeniero alemán Schaiber el mismo que se quedó en nuestra ciudad para seguir operando dichos aparatos en vista de que le gustaba mucho la cerveza elaborada en Guayaquil. La guerra mundial de la época se encargó de que no vinieran los repuestos que se necesitaban para que sigan operando dichos equipos y por consiguiente en 1940 se quedaron sin funcionar. En 1943 el interno Sr. Reinaldo Irigoyen Arellano y ayudante de interno Sr. Germán Abad Valenzuela en vista de la carencia de servicio de radiología en el Hospital General deciden inspeccionar el gabinete de RX encontrándolo en calamitoso deterioro. El equipo de 250 miliamperios totalmente destruido, el equipo de 30 miliamperios también muy estropeado podía ser reparado. El Sr. Ingeniero Megan se encarga de rebobinar el secundario del transformador de alta tensión y los dos internos reparan las demás piezas para hacer una adaptación y ver la mejor manera de hacerlos funcionar.

    Desde entonces el Hospital General contó siquiera con la toma de radiografías del tórax y de extremidades. Con improvisado y reparado Bucky del sistema Akerlund se pudo tomar radiografías del cráneo, pelvis y columna vertebral siempre y cuando el paciente presente menor espesor.

    El 28 de mayo de 1944 se produce la sangrienta revolución en el que el pueblo tomó las armas y atacaron el cuartel de carabineros. Se produce más de dos mil heridos todos los cuales fueron atendidos en el Hospital General que hubo de ser evacuado de los pacientes más comunes que podía salir para ceder su cama a los múltiples abaleados sólo con este pequeño aparato que trabajó día y noche por espacio de una semana pudieron ser radiografiados todo el grueso de heridos y esto constituyó verdaderamente una hazaña digna de ser mencionada en las crónicas de Ripley.

    Como uno de los servicios básicos de cualquier hospital debe de contar con un buen equipo de Rayos X, sugerimos a la Junta de Beneficencia de Guayaquil que importe un aparato capaz de afrontar el radio diagnóstico general. Se decide instalar un equipo General Electric 200 miliamperios el cual trabaja por muchos años. Hasta que en 1950 se instala en el Hospital el más potente equipo que jamás haya existido en el Ecuador o sea él sistema tridorus de 1000 miliamperios, que trabajó con mucho éxito por algunos años. Los requerimientos radiológicos aumentan instalándose por consiguiente otro equipo imperial General Electric de 500 miliamperios.

    Ahora en las épocas actuales los radiólogos locales se han superado trabajando con equipos de mucho rendimiento y estamos en la era actual del diagnóstico por imágenes de la tomografía computada de la resonancia magnética nuclear y del ultrasonido.